Creatividad en la escuela: McDonald's o Ferran Adrià

lunes, 7 de mayo de 2012
Todos hemos oído alguna vez la sentencia de Sir Ken Robinson: "la escuela mata la creatividad", pero a mí me gusta matizar que es la mala praxis en las aulas lo que mata la creatividad y no la escuela como institución. Quiero creer en una escuela que potencie lo diferente, lo nuevo, la adaptación al cambio... porque si no fuera esto posible, la escuela sería algo parecido a una especie de cadena de montaje donde se construye siempre el mismo modelo de niño.

Hoy en día hay que ser muy valiente para dedicarse a la educación. Todas las circunstancias son contrarias para estar cada día intentando educar a unos niños, a unos adolescentes o a unos jóvenes: recortes por parte de la administración, una progresiva devaluación de la profesión docente en lo que se refiere a su prestigio social, un cambio social (digitalización, crisis económica...) que parece habernos pillado a contrapié.

Las propias características del sistema educativo actual han provocado unas nuevas condiciones en el hecho de educar. Ahora estamos en un sistema de educación por compentencias, lo que ha acabado con el concepto de educación como mera instrucción. Cuando la transmisión de conceptos, de información, ya no son el eje principal, educamos a nuestros alumnos para que aprendan a dar valor a conductas y comportamientos que les permitirán adaptarse a los cambios, a aprender de forma autónoma durante toda su vida.

Además, en nuestra sociedad hay una crisis de valores tan profunda como la crisis económica que nos ahoga, como magistralmente muestra Quino con sus ilustraciones:

Por todo esto es tan importante la educación en valores y, en particular, la creatividad como valor motor de la educación.

La escuela actual sigue el modelo McDonald's: busca la uniformidad de las repuestas y de los pensamientos (el conductismo sería la muestra más evidente); es la escuela de los exámenes tipo test, que pueden corregirse con plantilla; es la escuela de lo que llamo "niños Bob Esponja" porque se empapan de datos y conceptos; es la escuela de la impaciencia, de lo superficial, de la prisa por completar el temario; es una escuela que llena, pero que no alimenta ni hace disfrutar.

La escuela creativa debería seguir el modelo Ferran Adrià: una escuela competencial, donde el proceso es tan o más importante que el resultado final; es la escuela donde se valora la diferencia, la búsqueda de nuevos caminos, el emprendedor; es la escuela de la enseñanza individualizada, de la educación emocional, de la educación en valores, de la paciencia, de la profundidad; es una educación que alimenta el espíritu y hace disfrutar los sentidos.

Si la escuela no puede ser así... ¿qué sentido tiene?

7 comentarios:

  1. ¡Una forma originalísima de explicar la situación, Salva! Vemos tristemente que cada teoría expuesta en el libro La McDonalización de la Sociedad, del sociólogo George Ritzer, se está validando a pasos agigantados.

    Muy buen post. Nos lo llevamos para twitter :-)

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    1. Muchas gracias. Espero que algún día podamos comer algo más que "hamburguesas" en nuestras escuelas.

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  2. Claro que sí! De todos nosotros depende la correcta "nutrición" de los escolares, así que a por ello. Está en nuestras manos :-)

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  3. Me ha encantado el post, Salva. Gracias por tus palabras. Hay muuucho por hacer, y en Europa es tan palpable esta crisis de valores y enseñanza en las escuelas, que el homeschooling está aumentando a pasos agigantados.

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    1. Gracias a ti por leerlo y comentarlo. La crisis es de valores y de recursos y, por eso hay que buscar soluciones cada vez más creativas.

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  4. Como siempre ¡genial! Con sencillez, gran realismo y pisando "patio y aulas", llegas al corazón de la educación. Efectivamente, no matemos la creatividad. Avivémosla c nuestra praxis metodológica y nuestro deseo de preparar competencialmente a nuestros alumnos para la vida, no para ser meros "baúles de recuerdos". Te añado una idea que suelo usar y que, humildemente, quiere enriquecer tu gran símil: necesitamos alumnos que sean "exploradores": buscan, descubren, aprenden... ¡disfrutan! Fabuloso post.

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    1. Bonito símil el alumno como explorador... no se me ocurre mejor manera de aprender. Gracias Agustín.

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