Acaba de llegar el verano y con él, al menos en nuestro hemisferio, acaba el curso académico. Es el momento de hacer balance y valorar cómo ha ido todo.
A nivel personal, ha sido un año tan complicado como apasionante. He participado en la coordinación de un material de educación primaria para una editorial. La propuesta consiste en elaborar materiales didácticos que superen el concepto caduco de libro de texto y ofrecer materiales que puedan dar una respuesta diversa y adaptativa a las diferentes necesidades de docentes y alumnos.
Este proyecto me ha llevado mucho tiempo y esfuerzo... y eso ha repercutido en este blog. He tenido alguna que otra crisis para mantener un cierto ritmo de publicaciones y que estas fueren de interés y mantuvieran los niveles de calidad que me autoexijo. También he estado menos participativo en redes sociales y he participado en menos "saraos educativos". En las redes sociales (Twitter) porque aunque aún es mucho lo que me aportan y me encanta compartir y debatir con mi claustro virtual, no me gusta el tono de enfrentamiento y las faltas de respeto que se están produciendo cada vez con mayor frecuencia. Todos deberíamos expresar nuestras ideas y opiniones sin llegar a la falta de repeto y mucho menos al insulto. En jornadas y formaciones... porque el día solo 24 horas y no se puede abarcar todo, al menos con un cierto nivel de calidad y coherencia.
Me gustaría aprovechar la ocasión para aclarar que, con lo que publico en este blog, nunca he tenido la pretensión de decirle a nadie cómo debe dar sus clases o comportarse con sus alumnos y alumnas... es pretencioso y absurdo por parte de cualquiera decirle a un docente cuál es la mejor manera de dar su clase o qué metodología debe aplicar, sin conocer ni a sus alumnos, ni su centro, ni su formación, ni sus circunstancias.
Todo lo que escribo y comparto en este blog o en redes sociales son invitaciones y provocaciones para reflexionar sobre la educación en abstracto porque creo que es lo que debemos hacer todas las personas que nos dedicamos a este mundo. Creo que reflexionar sobre educación mejora (o puede mejorar) la práctica educativa. Estoy convencido de que tanto para utilizar como para cuestionar una metodología educativa es necesario conocerla a fondo... y, a partir de ahí, defender su uso o su abuso. Debemos empezar a valorar cada vez más los datos y los resultados tangibles, que las opiniones o las intuiciones.
Posdata: Lamento el rollo casi psicoanalítico que os he explicado, pero sentía la necesidad de hacerlo. Por cierto, aprovechad el verano para descansar y recuperar energías.
A nivel personal, ha sido un año tan complicado como apasionante. He participado en la coordinación de un material de educación primaria para una editorial. La propuesta consiste en elaborar materiales didácticos que superen el concepto caduco de libro de texto y ofrecer materiales que puedan dar una respuesta diversa y adaptativa a las diferentes necesidades de docentes y alumnos.
Este proyecto me ha llevado mucho tiempo y esfuerzo... y eso ha repercutido en este blog. He tenido alguna que otra crisis para mantener un cierto ritmo de publicaciones y que estas fueren de interés y mantuvieran los niveles de calidad que me autoexijo. También he estado menos participativo en redes sociales y he participado en menos "saraos educativos". En las redes sociales (Twitter) porque aunque aún es mucho lo que me aportan y me encanta compartir y debatir con mi claustro virtual, no me gusta el tono de enfrentamiento y las faltas de respeto que se están produciendo cada vez con mayor frecuencia. Todos deberíamos expresar nuestras ideas y opiniones sin llegar a la falta de repeto y mucho menos al insulto. En jornadas y formaciones... porque el día solo 24 horas y no se puede abarcar todo, al menos con un cierto nivel de calidad y coherencia.
Me gustaría aprovechar la ocasión para aclarar que, con lo que publico en este blog, nunca he tenido la pretensión de decirle a nadie cómo debe dar sus clases o comportarse con sus alumnos y alumnas... es pretencioso y absurdo por parte de cualquiera decirle a un docente cuál es la mejor manera de dar su clase o qué metodología debe aplicar, sin conocer ni a sus alumnos, ni su centro, ni su formación, ni sus circunstancias.
Todo lo que escribo y comparto en este blog o en redes sociales son invitaciones y provocaciones para reflexionar sobre la educación en abstracto porque creo que es lo que debemos hacer todas las personas que nos dedicamos a este mundo. Creo que reflexionar sobre educación mejora (o puede mejorar) la práctica educativa. Estoy convencido de que tanto para utilizar como para cuestionar una metodología educativa es necesario conocerla a fondo... y, a partir de ahí, defender su uso o su abuso. Debemos empezar a valorar cada vez más los datos y los resultados tangibles, que las opiniones o las intuiciones.
Posdata: Lamento el rollo casi psicoanalítico que os he explicado, pero sentía la necesidad de hacerlo. Por cierto, aprovechad el verano para descansar y recuperar energías.