El traje nuevo del profesor o el docente desnudo

domingo, 23 de julio de 2017

Ilustración de Vilhelm Pedersen, el primer ilustrador de Andersen.
https://es.wikipedia.org/wiki/El_traje_nuevo_del_emperador
Uno de los cuentos infantiles que siempre me ha fascinado es El traje nuevo del emperador, también conocido como El rey desnudo, de Hans Christian Andersen.

No voy a contar su argumento, de sobras conocido por todos, pero si que quiero comentar su moraleja: no debemos dejarnos llevar por lo que dicen los demás, ni por lo que otros hacen, ni tener obediencia ciega sin criterio propio... ¡Qué gran enseñanza para los que nos dedicamos a esto de educar!

Lo que le sucede al emperador del cuento, le pasa también a algunos docentes en sus aulas... están "desnudos" porque les han hecho creer que llevan un traje hecho a medida y confeccionado con las telas más finas y suaves que nadie pueda imaginar. Y nadie, ni ellos mismos, se atreve a decirles que van "desnudos": "pensarán que soy un/a profe carca", "creerán que no soy innovador/a", "parecerá que no estoy a la última"...

Algunos profes van desnudos y otros llevan trajes inadecuados. Y mira que, igual que en el cuento, en muy sencillo averiguar si esto sucede: solo hay que preguntar a los alumnos y alumnas cómo ven ellos ese traje. La mirada de los niños, y evaluar si alcanzan los aprendizajes que nos habíamos propuestos, son la prueba de si vamos desnudos o no, de si vamos vestidos adecuadamente o no.

Para que nuestros alumnos y alumnas aprendan, es fundamental que nos vistamos con las ropas adecuadas a cada momento, tiempo y lugar; es básico que seamos plenamente conscientes de la ropa que llevamos y de por qué la llevamos.

Al hilo de esta metáfora de cuento, me gustaría acabar diciendo que si un docente quiere conseguir llegar a sus alumnos y alumnas de manera que estos se emocionen y aprendan de manera significativa y autónoma, debe presentarse (metafóricamente) desnudo ante ellos, mostrándose abiertamente ante ellos, ofreciéndoles amor y respeto... como publicó en Twitter hace unos días mi amigo Óscar González (@OscarG_1978): "La mejor herramienta disciplinar de todos los tiempos: un abrazo".

5 razones para educar des-pa-ci-to

domingo, 16 de julio de 2017
"Estudiar sin pensar es tan inútil como pensar sin estudiar." Confucio

Es más que probable que, al leer el título del post, en tu cabeza hayan resonado algunas notas de la canción de moda de estos días. Da igual si, como me sucede a mi, la canción os parece facilona y pegadiza... todos en algún momento nos hemos sorprendido tarareándola o moviendo la cabeza siguiendo el ritmo mientras suena de fondo en la radio del coche o en la televisión.

Igual de inevitable que verse atrapado por la susodicha cancioncita, es la eterna discusión sobre cuál es la mejor manera de educar. Y el título de la canción nos viene de lujo para reclamar una educación que vaya des-pa-ci-to, pasito a pasito.

Todo va demasiado deprisa en la educación actual, seguramente contagiada por el ritmo frenético de la vida misma. Queremos saber un poco de muchas cosas, por lo que pasamos por ellas de forma superficial y ligera.

Pero si queremos educar a personas del siglo XXI es necesario establecer espacios de reflexión, momentos de calma, de profundización, de análisis... A continuación se enumeran cinco razones por la que esto es cada vez más necesario:

1. Porque la educación tiene que ser adaptativa. Debe servir para conseguir que las personas sean capaces de aprender a lo largo de toda su vida, que sean capaces de adaptarse a los cambios y a enfrentarse a los desafíos y retos de la vida.

2. Porque la educación debe ser ética. Debe servir para mejorar el mundo: para tener conciencia ecológica y no desaprovechar los escasos recursos de la naturaleza, para participar de forma activa y responsable en pro del bien común...

3. Porque la educación ha de ser crítica. Debe servir para formar personas capaces de pensar por sí mismos, capaces de replantearse lo establecido.

4. Porque la educación tiene que ser colaborativa. Debe servir para que las personas seamos capaces de trabajar juntas, de aunar esfuerzos, de cooperar...

5. Porque la educación tiene que ser creativa. Debe servir para que las personas seamos capaces de ir más allá de lo establecido, que tengamos una mirada disruptiva. Y eso requiere de tiempo.

Te pido que ahora dediques unos instantes a reflexionar sobre esta manera de entender la educación. Luego, si quieres, puedes seguir cantando Despacito y disfrutando del verano.
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En la escuela se enseña más de lo que se aprende...

domingo, 9 de julio de 2017
"La dimensión de la experiencia queda totalmente despachada por un saber prêt-à-porter, siempre disponible, que, de hecho, genera anorexia mental, rechazo de la búsqueda del conocimiento en el nombre de su adquisición sin esfuerzo." Massimo Recalcati

La escuela está llena de paradojas y algunas de ellas son bastante significativas y tienen un efecto considerable en su funcionamiento y en los resultados que se obtienen. Una de estas paradojas es que se enseña mucho más de lo que se aprende, pero, al mismo tiempo, se aprende mucho más de lo que se enseña. Y deberíamos ser capaces de encontrar el equilibrio entre lo que se enseña y lo que se aprende.

Es verdad que los docentes enseñan muchos más contenidos de los que los alumnos aprenden, pero no es menos cierto que los alumnos aprenden de los docentes ciertas capacidades, actitudes, destrezas y saberes que el docente no enseña de manera voluntaria y consciente.

No me canso de repetir a todo aquel que quiera escucharme que en la escuela se cumple aquello de que "menos es más"; que es mejor enseñar menos cosas pero de manera profunda y comprensiva, que muchas cosas de manera superficial y memorística. Se trabaja con currículos escolares absolutamente sobredimensionados que incitan a pasar por encima de las cosas que hay que aprender de manera rápida y ligera, generando esa anorexia mental de la que habla Recalcati.

Y en lo s tiempos que corren no podemos permitirnos seguir enseñando y aprendiendo de esa forma. Según un reciente informe de la Fundación Cotec, el 60% de los empleos tiene al menos un 30% de actividades que se pueden automatizar, y por tanto son susceptible de ser hechas por robots. La educación, concluye este informe, es uno de los sectores que menos potencial tiene de ser automatizado. Por eso creo en la necesidad de potenciar al máximo el aprendizaje de aquellos contenidos, procesos cognitivos y no cognitivos que presentan mayor resistencia a ser automatizados. Y enseñarlos de forma activa, inductiva, creativa, colaborativa y con espíritu crítico.

Así la escuela educará a personas que no puedan ser sustituidas por robots.
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La educación siempre es imperfecta

domingo, 2 de julio de 2017
"En algunas ocasiones, la verdad se halla no escindiendo el mundo en 'o ... o ...', sino abarcándolo en una actitud de 'y ... y ...'. A veces, la verdad es la unión paradójica de aparentes contrarios, y si queremos conocer esa verdad, tenemos que aprender a abrazar ambos opuestos como si constituyesen una unidad." Parker J. Palmer: El coraje de enseñar

La educación que ofrecemos en nuestras escuelas está basada, excepto contadas excepciones, en una concepción del mundo "o ... o ...", es decir, en contrarios: o cabeza o corazón, o libertad o disciplina, o hechos o sentimientos, o teoría o práctica, o hablar o escuchar, o correcto o incorrecto, o aprobado o suspendido...

Cuando la educación debería estar llena de matices, como sucede con la vida misma. En vez de excluir y enfrentar deberíamos incluir y ofrecer una imagen del mundo "y ... y ...", es decir, en equilibrio: y cabeza y corazón, y libertad y disciplina, y hechos y sentimientos, y teoría y práctica, y hablar y escuchar... No hay necesidad de decidirnos por uno u otro extremo, cada uno debe buscar el equilibrio adecuado entre ambos.

Este tipo de educación nos permite elegir de forma razona y coherente, nos permite tener criterio propio, nuestra propia percepción del mundo. Por eso, la educación es inevitablemente imperfecta, ya que requiere de toma de decisiones, de espíritu crítico, de capacidad de elección.

Necesitamos una educación paciente, pues la impaciencia nos conduce a escoger entre un extremo u otro y nos obliga a dejar de lado los matices. Necesitamos una educación colaborativa, pues nos permitirá ir juntos y llegar mucho más lejos. Necesitamos una educación creativa, pues no se trata solamente de reproducir el saber heredado sino de ir más allá.

La educación siempre es imperfecta, pero es que el mundo, la sociedad y las personas también lo son. La imperfección de la educación es la característica que le otorga un papel fundamental en la construcción de un mundo mejor.
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