En su
artículo, Dolors Reig afirma que según investigaciones recientes:
"(…),
resulta que cuando la información es familiar se procesa de forma rápida pero
cuando es caótica, nueva, cuando no entra por nuestros sentidos en el orden
correcto, necesita ser reorganizada y procesada para que la entendamos,
generando la sensación de que el tiempo pasa mucho más despacio.”
Realmente
me sorprendió la afirmación de que en el océano de información en que navegamos
el tiempo pase más despacio… tenía la “intuición” errónea de que sucedía todo
lo contrario.
La
afirmación de @dreig me parece un argumento más a sumar a la larga lista de
ventajas que supone la utilización de Internet en los procesos de
enseñanza/aprendizaje. La lista que yo había elaborado incluía:
-Facilita
el proceso de socialización de los alumnos porque facilita la participación
activa. -Supone una puerta abierta a información, acontecimientos… complementando así la educación que el alumno recibe en el ámbito escolar.
-Favorece la interacción y el trabajo colaborativo, pues permite intercambiar ideas, opiniones…
-Convierte el aula escolar en un espacio sin paredes, abierto al mundo.
-Mejora la motivación de los alumnos ante las tareas escolares y, según parece, se mejoran los resultados académicos.
Por
tanto, en mi opinión la incorporación de Internet y las TIC en el mundo de la
educación es indiscutible e irremediable. El problema está en que hay docentes
que ven Internet como una manzana envenenada (como la del cuento de
Blancanieves), es decir, apetitosa pero muy peligrosa.
Yo creo
que internet en educación es un caramelo infoxicado, que además de una fuente
inagotable de información y datos supone un cambio estructural revolucionario,
un cambio paradigmático sin precedentes.
La
infoxicación, como ya he dicho, no es en sí misma un aspecto negativo. Valorar
o discriminar la información significativa en el maremágnum de información es
uno de los contenidos más relevantes de la educación actual. Esto requiere
tiempo y conocimiento. Las redes sociales juegan un papel importante. Pero, ¿cuántos
docentes tienen perfiles activos de carácter profesional en las redes sociales
para compartir información con otros docentes?
Ante los
cambios que supone la integración de Internet en la educación, muchos docentes
se sienten como si estuvieran al borde de un abismo, como en las películas de
exploradores en las que el héroe aguanta a duras penas el equilibrio y está a
un suspiro de caer a un precipicio sin fin. Sienten esa sensación de vértigo,
de angustia vital, esa especie de mareo que causa sentir que puedes caer al
vacío.
La
sensación de inseguridad es tal que cuando intentas ayudarles a aguantar el
equilibrio, cuando los sujetas para que no caigan, ellos tienen la sensación de
que pretendes darles un empujón hacia el abismo.
A lo
largo de la Historia, todas las revoluciones tecnológicas han causado vértigo a
las personas que las han vivido y siempre se han superado los miedos.
De todos modos, no debemos cegarnos y cometer con las TIC
los mismos errores que se han cometido con otras tecnologías que se han ido
incorporando al mundo de la educación. No se trata de borrar de un plumazo todo
aquello que se ha hecho tradicionalmente en la escuela y sustituirlo por lo
digital, se trata de saber combinar adecuadamente las posibilidades que nos dan
todos los recursos a nuestro alcance.
Muy acertado
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