El otro día, viendo como unos críos hacían figuras de barro, me di cuenta de que las personas somos como la arcilla que utilizamos para modelar.
Al principio, cuando abres el envoltorio, el barro se maneja con suma facilidad, puedes darle cualquier forma que puedas imaginar. Con el paso del tiempo, la arcilla se va secando y pierde progresivamente su capacidad para ser modelada, hasta quedar inevitablemente rígida con una forma determinada, que ya no puede ser modificada (a no ser que se rompa en mil pedazos).
Cuando somos niños, los seres humanos tenemos una capacidad inconmensurable para adquirir cualquier forma que deseemos, somos arcilla fresca: aprendemos sin descanso, casi sin esfuerzo, somos capaces de buscar soluciones diversas a situaciones problemáticas, nos adaptamos sin dificultad a nuevas circunstancias... Es lo que nos ayuda a sobrevivir como especie.
Con el paso de los años, esa capacidad de aprendizaje se va limitando. Unos dicen que es por efecto de la escolarización, pero en realidad se trata de una cuestión neurológica al ir configurándose nuestro cerebro. Aunque en realidad nuestro cerebro nunca pierde del todo la capacidad de modificarse.
Una errónea interpretación de esta cuestión, ha provocado que durante mucho tiempo se percibiera que el objetivo de la educación era dar forma a los niños, es decir, hacerlos adultos según unas ideas preestablecidas por la sociedad. O lo que es lo mismo, una vez modelado el niño en adulto, se dejaba secar para que permaneciera por siempre así, inmutable. Una vez finalizados los estudios, la figura ya estaba moldeada y debía dejarse secar.
Pero nada es más contrario a la esencia misma de la educación. La auténtica función de la educación es procurar que la arcilla no se seque nunca, que mantenga por siempre la capacidad para adoptar distintas formas, que pueda cambiar de forma siempre que sea preciso. ¡Esa es la auténtica esencia de la educación!
La función de los docentes no es hacer de ceramistas o escultores sino de cuidadores de la materia prima, de la arcilla. La misión de los educadores es mantener siempre fresca la arcilla que permitirá a los niños seguir aprendiendo autónomamente de adultos.
El verdadero sentido de la educación es formar a los niños para que ellos mismos se conviertan en adultos capaces de participar activamente de la sociedad, con espíritu crítico e infinita capacidad de adaptación a los retos que se les planteen en el futuro.
Querer y no poder.
Hace 4 días
Como siempre muy acertado, totalmente de acuerdo con la necesidad de mantener la capacidad de adaptarse a distintas formas en la vida adulta. En nuestra profesión está claro que los profesores que mantenemos fresca la arcilla conectamos más, transmitimos más y sobre todo vivimos nuestra vocación y disfrutamos.
ResponderEliminarGracias por el comentario. Disfrutar con lo que se hace es clave.
ResponderEliminarMe ha gustado la comparación que haces de la educación con el barro y el alfarero.
ResponderEliminarDices que una vez que se seca el barro ya es imposible modificar
la forma, a no ser que rompamos la figura en mil pedazos.
Pero cabe otra posibilidad con el barro y es meterla en agua hasta que el barro vuelva a estar blando y sea moldeable.
En ese caso, ¿cómo lo relacionarías con la educación?
Un saludo.
Marian
En educación, si cuando algo toma una forma determinada no puede cambiarse, estaríamos negando su esencia. Todo puede transformarse, todos nos podemos adaptar (con más o menos facilidad) a situaciones nuevas.
EliminarSaludos
La educacion es una prioridad en los seres humanos por lo tanto considero que una de las carreras mas importantes es la de educar, ya que educar requiere de mucha vocacion, paciencia y motivacion para dar a sus alumnos. Admiro a los profesores que poseen estas y muchas mas cualidades de manera natural solo con la finalidad de educar.
ResponderEliminarLe has sabido dar a la metáfora del profesor alfarero la vuelta de tuerca que le faltaba. Como siempre, inteligente en tu enfoque y sabiendo tocar las "teclas" precisas.
ResponderEliminarMe gusta leerte, sabes llegar al docente con las palabras y las metáforas más precisas.Desde luego tú eres de esos "adultos capaces de participar activamente de la sociedad, con espíritu crítico e infinita capacidad de adaptación a los retos que se le planteen en el futuro."Saludos y gracias por compartir.
ResponderEliminarSatisface el Ejercicio de el Quehacer Docente,el Concepto educación como todo lo que termina en ION,es constantemente Transformable,se Busca un Equilibrio en la Relación Docente-Dicente,pues también el Maestro aprende algo del Alumnado,ella se basa en el Respeto,la Comprensión de los Contenidos,el Programa,en Síntesis también el Agente de Enseñanza es Aprendedor para toda la Vida.......
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