Ahora
que está a punto de empezar un nuevo año escolar (en España) es
un buen momento para que, todas las personas que nos dedicamos a
educar, nos planteemos si debemos cambiar alguna cosa en nuestra forma
de enseñar y el porqué debemos hacerlo.
Una de las obligaciones ineludibles de cualquier educador es la obligación de conocer los mecanismos de
funcionamiento de la sociedad en la que vivimos y de estar siempre alerta ante las
nuevas necesidades que surgen de manera constante. En consecuencia, una de las cosas que jamás debería hacer un educador es permanecer anclado en el pasado, en “el siempre se ha hecho así”.
Dice
Zygmunt Bauman que “El tiempo percibido por la actual generación
joven no es cíclico ni lineal, sino puntillista, como los cuadros de
Seurat, Signac o Sisley.” ¡Esta es la principal causa por la
que los educadores debemos empezar a cambiar el pincel con el que
“pintamos” nuestra forma de enseñar! Ya no podemos utilizar
solamente un pincel grueso para hacer trazos largos e intensos, sino
que necesitamos también un pincel fino que nos permita hacer muchos
puntos precisos y de múltiples colores.
Los
alumnos de hoy no quieren (y no necesitan) que les expliquemos la
lección, que les demos el conocimiento directamente. Ellos prefieren
descubrirlo, construirlo activamente a través de la conexión de
diferentes “puntos”, estableciendo relaciones, trabajando
colaborativamente.
Pero esto no solo les pasa con el conocimiento,
también les ocurre, por ejemplo, con el entretenimiento. Ya no quieren
ser espectadores pasivos de un programa de televisión sino que, a
través de las redes sociales, quieren expresar sus ideas, sus
opiniones, compartir sus puntos de vista con otras personas... En
palabras de Michel Serres: “Se acabó la era de los que deciden.” En otras palabras, se acabó la era del profesor magistral.
Los
jóvenes acceden a la “realidad”, al mundo, de forma distinta a
como lo hacemos los adultos. No es ni mejor ni peor, es distinta.
Nuestra obligación es adaptar la educación a esa manera que tienen de
relacionarse con el mundo y no intentar cambiar la idiosincrasia de
las nuevas generaciones.
Los
docentes, por generación y por formación, tenemos una visión más
lineal del mundo y creemos que la mejor forma de enseñar es
presentando los contenidos de manera cíclica (metodología que se
recoge en nuestras leyes educativas). Pero a los jóvenes de hoy en
día nada les parece más aburrido que estar haciendo siempre lo
mismo y del mismo modo.
La
pedagogía necesita revisar (volver a mirar) todos sus planteamiento,
pues fueron establecidos en un mundo que ya no existe. Debemos hacer
una pedagogía que nos permita navegar por este mundo líquido sin
que naufraguemos. Internet es el nexo que posibilita una nueva forma
de entender la educación: más activa, más multidireccional, más
dinámica... El mundo virtual es la clave que nos permitirá acercar
la escuela a los intereses y motivaciones de nuestros alumnos, es
decir, al mundo en el que vivimos.
¡Mis mejores deseos para el nuevo curso!
LA BUENA EDUCACIÓN, SIMPLEMENTE, DEBE SER VERDAD
Hace 11 horas
He metido tu blog en el apartado "Mis blogs amigos" del mío http://blogdetonigarcia.blogspot.com.es/ . Espero que no te moleste. Un saludo y felicidades por tu blog.
ResponderEliminar@tonigarias
Todo un honor, Toni. Muchísimas gracias!!!!
EliminarFelicitarte por el post. Es reconfortante ver que hay gente que no teme a los cambios y los mira de cara.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Jose
Qué buena reflexión. La metáfora que has utilizado en el 3er párrafo es perfecta. Un saludo
ResponderEliminarHola admiro tu manera de pensar y de ser, me encanta tu blog, besos
ResponderEliminarEfectivamente. Aprendemos por interacción con otras personas, no solo por exposición a los contenidos, por muy motivadores que sean.
ResponderEliminarUn ejemplo son los grupos interactivos: http://www.luismiralles.com/2016/05/que-son-los-grupos-interactivos.html