Adelgazar el currículo para engordar el aprendizaje

lunes, 24 de noviembre de 2014
"[...] procuro no cargar mi memoria con datos que puedo encontrar en cualquier manual, ya que el gran valor de la educación no consiste en atiborrarse de datos, sino en preparar el cerebro para pensar por su propia cuenta y así llegar a conocer algo que no figure en los libros." Albert Einstein

Me disgusta escuchar que "la escuela es un lugar de estudio pero no de aprendizaje", que "la escuela mata la creatividad"... En mi opinión, es justo al contrario: la escuela es un lugar privilegiado para aprender creativamente.

Ahora bien, lo que sucede es que el inmovilismo de las metodologías tradicionales y el enquilosamiento de las leyes educativas son dos lastres demasiado pesados que, en demasiadas ocasiones, imposibilitan a la escuela cumplir con su verdadera función.

Aunque todavía hay muchos docentes y pedagogos que no comparten esta idea, aprender no es memorizar y reproducir datos e ideas. Aprender tiene que ver con la capacidad de entender y asimilar contenidos, con saber aplicarlos para resolver problemas. Tradicionalmente se ha relacionado la excelencia de un alumno con su erudición, proclamando que sin esfuerzo y sacrificio no es posible el aprendizaje. Pero estoy convencido de que la excelencia de un alumno tiene que ver con su capacidad de analizar situaciones problemáticas y proponer soluciones creativas y personales aplicando aquello que ha aprendido en el aula. Esto también requiere de esfuerzo, sin duda, pero cuando el esfuerzo es motivador es causa de disfrute y no de sufrimiento.

Si alguien cree que por no tener que memorizar datos, fechas, fórmulas y lugares nuestros alumnos son menos inteligentes, está totalmente equivocado. Es mucho más difícil y complejo enseñar a un alumno a tener pensamiento crítico, a tener una inteligencia práctica (o ejecutiva, en terminología de José Antonio Marina), que llenar su cabeza con datos enciclopédicos que, como mucho, son útiles para participar en concursos televisivos. En este sentido, en muchas escuela se evalúa a los alumnos para premiarlos o castigarlos, cuando en realidad la evaluación debería servir para detectar lo que funciona y lo que no funciona en el proceso de enseñanza/aprendizaje para poder que sea efectivo.

En alguna ocasión he escuchado que los sistemas educativos deben ser muy exigentes, pues a mayor nivel de exigencia, mejores resultados se obtienen. ¡Qué peligro tiene esa afirmación! Eso hace que los currículos sean cada vez más y más desmesurados, estableciendo como estándares de aprendizaje (aquello que deben saber todos los alumnos de un cierto nivel educativo) unos contenidos excesivos que son inalcanzable para una buena parte del alumnado, lo que implica su exclusión del sistema.

Por supuesto que tiene que haber un cierto nivel de exigencia, ¡faltaría más! No se trata de que los alumnos no tengan que hacer ningún tipo de esfuerzo para aprender. Se trata de que ese esfuerzo no sea doloroso sino gozoso. No hay sensación más agradable que la que obtiene un niño cuando aprende algo... solo hay que mirar la expresión de alegría que se refleja en su cara.

Einstein, al que ya he citado al principio del post, decía que "la imaginación es más importante que el conocimiento".  Para que la imaginación y la creatividad tengan cabida en la escuela, es absolutamente necesario que adelgacemos los currículos. Solo así la escuela podrá cumplir con su verdadera función.

22 comentarios:

  1. Muy interesante tu reflexión... y tu blog

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  2. Cómo siempre dando que pensar, gracias

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  3. Estoy totalmente de acuerdo. Soy psicóloga y parte de mi tiempo lo dedico a dar cursos de formación a profesores. Uno de los mensajes que les quiero transmitir es precisamente el que den a sus alumnos menos contenidos y mas oportunidades de practicar para desarrollar las habilidades necesarias para analizar y solucionar problemas. Crear oportunidades de practica de habilidades del pensamiento usando como medio los contenidos curriculares. Estos contenidos no son el fin de la educación, sino el medio para el desarrollo de las habilidades del pensamiento y su aplicación al mundo real.

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    1. Gracias Martha. Ojalá los docentes a los que forman sepan captan el mensaje que les transmites. Un abrazo

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  4. Interessant reflexió! Cal comptar amb els pedagogs i docents per al disseny del currílum per a què en els continguts es promogui els aprenentatges significatius que són els que a la llarga perduren.
    Rosa Rodriguez, pedagoga

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  5. Muy buenas reflexiones. Estoy de acuerdo. La imaginación. La creatvidad son esenciales.

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  6. Nadie sabe precisar qué es el aprendizaje, pero podría decirse que consiste en adquirir experiencia y conocimiento de lo vivido; que no es lo mismo que almacenar. Sin memoria no es posible aprender, esto es cierto. Acceder correctamente a la memoria es una de las claves del estudio y de todo aprendizaje. Consiste en encontrar aquello que se precisa y relacionarlo con el momento presente, con la situación que se está viviendo en este momento, que es única y no se volverá a repetir; consiste en aplicar lo que ya tenemos a lo nuevo, de forma que el mundo avance, siga creciendo y nosotros junto con él. Pero esto no es lo mismo que memorizar, de la misma manera que memorizar es muy distinto de estudiar. Pero a los alumnos no se les demanda estudio sino fidelidad.
    http://www.otraspoliticas.com/educacion/aprender-de-memoria

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  7. Como siempre buen artículo para reflexionar y compartir.

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  8. En mi próxima reunión de padres, compartiré algunas, bueno, la mayoría de tus ideas. Gracias.

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  9. Apenas empece a leer tus blogs y me parecen tus opiniones muy acertadas. Compartire el enlace de tu blog con la mia. Suerte.

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  10. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  11. Desde mi experiencia como alumna comparto su opinión, puesto que todos los conocimientos en los que han pretendido “instruirnos” a los estudiantes, han quedado en el más profundo olvido después de realizar el tan temido examen, pues éstos no son más que fechas, nombres de reyes, fórmulas matemáticas…
    Sin embargo, también he de decir que, a lo largo de mi vida como estudiante, he tenido varios profesores que contagiaban su ilusión y su motivación por enseñarnos y aprender de nosotros al mismo tiempo. Estos docentes no pretendían, como solía decir uno de ellos, “que aprendiésemos el número de la estación de bomberos de Madrid, sino que aprendiésemos a buscar los números en la guía para cuando nos hiciese falta”, ya que era seguro que pasado un tiempo sin utilizarlo lo olvidaríamos.
    He de decir que, actualmente, los únicos conocimientos que recuerdo son aquellos que han despertado mi curiosidad, y aquellos que he razonado, entendiendo y asimilado y, por supuesto, los que he aprendido practicando. Y es que, como suele decir Benito Echeverría, no hay mejor forma de aprender que haciéndolo en gerundio, es decir, aprendiendo.
    Saludos
    Ascen, estudiante de 3º de Pedagogía

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  12. Resulta muy necesario que existan Blogs de reflexión sobre la educación como éste. En primer lugar, mencionar que estoy de acuerdo con todo lo que se afirma en el post. Mi experiencia me afirma que cuanto más contenido utilizan los docentes para impartir una clase, menos conocimientos se asimilan y se aprenden. Considero que hay que cambiar esta perspectiva desde la cual, la supuesta “educación” que debe dar la escuela es la mera transmisión de conocimientos orientados a la superación de una prueba o examen. La educación es algo más, es fomentar en los alumnos la pasión por conocer y aprender, pensar por ellos mismos, crear cosas nuevas, desarrollarse como personas con un pensamiento crítico que permita mejorar la sociedad en la que vivimos.

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    1. Gracias Maria. Fomentar en los alumnos la pasión por conocer y aprender debería ser la función principal de la escuela. Saludos

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  13. Hola Salvador,
    Enhorabuena por tu blog y tus reflexiones.
    Soy profesor de física y química y estoy totalmente de acuerdo contigo. Yo suelo decir que seremos buenos profesores cuando nos liberemos del yugo que suponen los contenidos y la programación.

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  14. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  15. Se confunde esfuerzo con dedicación, con constancia, con tesón. Cuando hay interés, entusiasmo por aprender, el alumno persevera con pasión, y no con esfuerzo. Cuando estudias con desinterés, por obligación, entonces si que tienes que esforzarte.

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