Carta de (des)amor a la Educación

domingo, 12 de julio de 2015
Querida Educación:

Hace casi 30 años que te conocí y sigo dedicado a ti con la ilusión del primer día. Sabes que lo nuestro fue un amor a primera vista, un flechazo de los que llegan a lo más hondo del alma y que nuestra relación durará toda mi vida.

La verdad es que en estos casi 30 años no has cambiado nada, te conservas igual que el primer día. Pero eso que en un ser humano puede resultar un halago, en ti es más bien un reproche. Ha pasado el tiempo, la sociedad ha cambiado, la tecnología ha progresado, la ciencia ha formulado nuevas teorías... pero tú te empeñas en permanecer inalterable como si todo eso no te incumbiera.

La verdad es que no estoy contigo por lo que eres, sino por lo que sé que puedes llegar a ser. Por eso, creo que ya es hora de que dejes de mirarte el ombligo y te decidas a cambiar. Aunque, en realidad, tú eres como te hacemos los que estamos contigo, te pediría que pusieras todo lo que esté en tu mano para ser distinta, que hagas de la innovación tu motivación principal.

Me gustaría que fueses más colaborativa, que dejes de ser tan competitiva y que permitas que las personas compartan y cooperen para alcanzar logros más importantes. Sería ideal que olvidaras la manera de evaluar que utilizas habitualmente, y que convirtieras el aprendizaje en tu razón de ser y que no le dieras tanta importancia a aprobar, a las notas y a los rankings.

Sé creativa, sé inclusiva, sé disruptiva, sé emotiva, pero sobre todo no olvides nunca los intereses y las necesidades de los niños, jóvenes y adultos con los que interactúas. Adáptate a ellos, ten en cuenta sus talentos, sus inteligencias, su capacidad de asombro, su curiosidad... no los trates a todos por igual, permite que cada persona pueda desarrollar al máximo sus posibilidades.

Deja de tenerle miedo a la tecnología... sé lista y alíate con ella, sé inteligente e incorpora todo aquello que pueden aportarte las TIC. Pero, eso sí, mantente firme y no pierdas tu esencia por hacerte tecnológica.

No olvides nunca que creo en ti, que creemos en ti, que sé que eres la herramienta que puede hacer cambiar el mundo, que puede cambiar la vida de las personas, que puede hacernos mejores.


Atentamente tuyo.



P.D.: No te dejes influenciar por aquellos que confunden la excelencia educativa con la memorización y la recitación de contenidos en un examen. No olvides nunca que tan importantes son los contenidos que inculcas como los valores que transmites.

5 comentarios:

  1. No olvides que trabajas con personas y sus sentimientos y emociones para aprender hay que tenerlos en cuenta. Saludos.

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  2. Oh, Salvador! Sí yo fuera la educación desde luego que trataría de cambiar. Me hubieras conquistado con esta misiva. Ojalá algún día veamos el giro del que hablas. Enhorabuena por esta entrada.

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  3. Felicidades! No podría estar mejor explicado.

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  4. Interesante todo lo que tenga que ver con la mejora de la educación, os recomiendo esta nueva página: http://espacioeniac.com/

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