Según el imaginario popular y las leyendas urbanas, si eres profesor o profesora no deberías estar leyendo este post en un blog sobre reflexión educativa porque estás disfrutando de tus largas, larguísimas, vacaciones. Como el señor de la fotografía, que muchos pensarán que es un profe en una playa idílica dando las gracias por tener una profesión que le ofrece el lujo de un periodo vacacional que es la envidia de todos.
¡Qué gran mentira y qué injusticia! Nada está más lejos de la realidad que ese mantra que se repite de manera cansina cada final de curso y que ayuda a desprestigiar injustamente el valor social de los docentes. Eso no es cierto... y, además, es mentira.
Los profes siguen asistiendo a sus centros, tienen que rellenar y redactar informes variados, asisten a múltiples y sesudos cursos de formación (¡esas escuelas de verano que están siempre a tope de profes que quieren desarrollarse profesionalmente!), leen multitud de libros sobre educación que durante el año no tienen tiempo ni de mirar (algunos hasta me han dicho que aprovecharán para el mío 😃), empiezan a preparar el próximo curso...
Los profesores y profesoras tienen las mismas y merecidas vacaciones que cualquier otro trabajador, decir lo contrario es una falta de respeto por la única profesión que crea a las demás profesiones.
Escribo esto, aunque hace mucho tiempo que publico únicamente un post semanal cada domingo, porque no he podido resistirme a hacerlo tras escuchar una conversación sobre los privilegios que tienen los profesores... como no he querido contestarles en persona, he tenido que redactar esta entrada.
¡Qué gran mentira y qué injusticia! Nada está más lejos de la realidad que ese mantra que se repite de manera cansina cada final de curso y que ayuda a desprestigiar injustamente el valor social de los docentes. Eso no es cierto... y, además, es mentira.
Los profes siguen asistiendo a sus centros, tienen que rellenar y redactar informes variados, asisten a múltiples y sesudos cursos de formación (¡esas escuelas de verano que están siempre a tope de profes que quieren desarrollarse profesionalmente!), leen multitud de libros sobre educación que durante el año no tienen tiempo ni de mirar (algunos hasta me han dicho que aprovecharán para el mío 😃), empiezan a preparar el próximo curso...
Los profesores y profesoras tienen las mismas y merecidas vacaciones que cualquier otro trabajador, decir lo contrario es una falta de respeto por la única profesión que crea a las demás profesiones.
Escribo esto, aunque hace mucho tiempo que publico únicamente un post semanal cada domingo, porque no he podido resistirme a hacerlo tras escuchar una conversación sobre los privilegios que tienen los profesores... como no he querido contestarles en persona, he tenido que redactar esta entrada.