Es muy típico de nuestro temperamento latino: pasamos con demasiada facilidad de un extremo a otro. Ni la introducción en el aula de aparatos tecnológicos (ordenadores, tablets, smartphones, pizarras digitales...) supone una mejora directa de los resultados educativos ni podemos negar, sin una evaluación seria y desinteresada, que las TIC han fracasado en la mejora de los procesos de enseñanza/aprendizaje, como se ha publicado estos últimos días.
El sistema educativo de un país debe ser coherente con su realidad social, debe de formar individuos capaces de vivir en sociedad y que, al mismo tiempo, sean capaces de cambiarla y mejorarla. Y nuestro mundo es digital, esto es indiscutible.
Por este motivo, la escuela debe cambiar. No se pueden utilizar esquemas del siglo XX (o del XIX) para dar respuestas a las necesidades de la vida en el siglo XXI. Pero, ¿qué siginifica "la escuela debe cambiar"?
En primer lugar debe cambiar la formación de los profesionales de la educación. Los profesores deben tener una mejor formación inicial y continua. Debemos formar profesores que no sean dipositarios y transmisores del saber sino guías, conductores, motivadores del aprendizaje. Los nuevos profesores deben ser personas que enseñen a sus alumnos en el aula y, al mismo tiempo, aprendan de ellos. El desarrollo de una nueva didáctica, que desarrolle todas las posibilidades que aportan las TIC, es una tarea prioritaria.
En segundo lugar, la escuela debe dejar de ser un espacio cerrado con un horario y unas actividades fijas. La escuela del siglo pasado formaba alumnos que en el futuro tenían, en su mayoría, un trabajo con unos horarios y un lugar de trabajo fijos. La sociedad actual requiere trabajadores/emprendedores con horarios flexibles y que puedan desarrollar su día a día profesional desde cualquier lugar. Es por ello que las paredes de las aulas deben diluirse, hacerse transparentes. Las aulas deben estar conectadas con el mundo a través de Internet.
Los alumnos deben tener una participación responsable en la construcción de su conocimiento y en la toma de decisiones del funcionamiento del centro (o lo que es lo mismo: debemos huir de la dictadura del profesor y de las clases magistrales como forma única de transmisión de conocimiento).
En tercer lugar, las decisiones referidas al sistema educativo de un país no debe quedar en manos de los cambios políticos, sino que debe responder a criterios técnicos y pedagógicos. Pero siendo realistas... no se puede pedir peras al olmo.
Este es el primer post de mi nuevo blog... espero que no sea el último y poder desarrollar estas y otras ideas y reflexiones gracias a vuestros comentarios.
LA BUENA EDUCACIÓN, SIMPLEMENTE, DEBE SER VERDAD
Hace 11 horas
Buenas Salva,
ResponderEliminarEspero que sigas haciendo estos post... jeje me servirán para hacer trabajos sobre TIc y educación jejeje
Felicidades
Gracias a ti por leer lo que escribo.
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