Educar para resolver problemas, educar para plantearlos

domingo, 15 de mayo de 2016
"La formulación de un problema es más importante que su solución." Albert Einstein

Uno de los grandes inconvenientes de la educación actual es que, en demasiadas ocasiones, se vive como un problema y no como una experiencia (necesaria y gozosa) de vida.

Hay mucha gente (demasiada) que entiende la educación se suele entender como una competición por demostrar, cuantitativamente y en competencia con los demás, el saber que se ha adquirido, donde lo que menos les importa es comprobar si ese conocimiento sirve para algo más que para aprobar un examen. Pero, en realidad, la educación debe entenderse como un elemento necesario y habitual en nuestras vidas, como una constante que permite que nos adaptemos permanentemente y evolucionemos como personas y como miembros de la sociedad.

En este contexto, uno de los temas más recurrentes en la literatura pedagógica actual es la necesidad de preparar a las nuevas generaciones para que sean capaces de resolver problemas y de tomar decisiones de manera informada, con fundamento. Loable y necesario propósito pero, en mi opinión, insuficiente. Creo que tenemos la obligación de ir más allá, debemos educar también para que las personas puedan plantear problemas y aprovecharlos para generar oportunidades.

En Alicia en el País de las Maravillas, la Reina de Corazones resolvía todos los problemas, fueran grandes o pequeños, de las misma forma: ¡Que les corten la cabeza! Durante mucho tiempo, la educación ha rehuido de los problemas (excepto de los de Matemáticas) y cuando estos se plantean se les da la misma respuesta que la Reina de Corazones. El problema se considera como conflicto y no como oportunidad por lo que es algo que debe evitarse a toda costa.

Por ese motivo, la educación tradicional transmite respuestas y no plantea preguntas, pide obediencia y reproducción del saber. La nueva educación debe provocar el planteamiento de preguntas como búsqueda del conocimiento relevante y significativo, debe promover la creatividad y la participación. El hecho de saber plantear una buena pregunta o un problema interesante supone un nivel muy alto de conocimiento y comprensión de los conceptos implicados en la cuestión que se está planteando, pero también de las relaciones complejas que pueden establecerse entre ellos.

La educación es un bien común, nos afecta a todos los miembros de la sociedad por igual. Por eso, me encantaría que las escuelas estuvieran llenas de alumnos y alumnas que plantearan problemas constantemente (menos de comportamiento, claro)... solo así les prepararíamos para la vida, que es el verdadero propósito de la institución escolar, le pese a quien le pese.

5 comentarios:

  1. Muy bueno! Valiosìsimo como siempre! Saludos!

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  2. Alguna Alicia aparecerá algún día y todo cambiará.

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  3. Que excelente reflexión me parece muy bien y en verdad es una lastima que la eduacacion para muchas personas se tome como una competencia que el que tiene las mejores notas es el mas inteligente, no tengo duda alguna que si eso cambiara seria un sistema muy diferente al que tenemos ahora. Saludos.

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