"La arrogancia del éxito es pensar que lo que hiciste ayer será suficiente para mañana." William Pollard
Uno de los grandes errores que cometemos en educación es centrarnos en los problemas y no en las soluciones.
Dedicamos demasiados esfuerzos a gritar a los cuatro vientos lo mal que estamos, la pérdida de valoración social, el maltrato por parte de la administración, la falta de recursos..., y muy pocos a buscar soluciones efectivas para afrontarlos. Seguimos enzarzados en discusiones sobre si este o aquel es un buen docente por usar una u otra metodología, sobre si es lícito nombrar "al mejor profesor/a del mundo", sobre si uno pretende vender tal o cual cosa... La educación hoy necesita soluciones, es decir, necesita más investigación, análisis, evaluación, cooperación y menos postureo.
Para afrontar los problemas de la educación actual de forma eficaz (y esto es válido para otros muchos aspectos de la vida) no debemos olvidar nunca que lo que hicimos ayer es necesario, pero insuficiente para mañana.
Que la educación no es inmutable, que las necesidades de la sociedad se transforman, que las personas cambian, que la tecnología evoluciona es una realidad que, en demasiadas ocasiones olvidamos. Es por ese motivo que es obligación de cualquier educador estar siempre alerta a esas nuevas necesidades y contextos y hacer todo lo posible por adaptarse.
"Por qué voy a cambiar mi forma de enseñar, si siempre me ha funcionado" es una actitud que conduce al fracaso; "Hay que romper con todo lo que se ha hecho hasta ahora" conduce al mismo lugar. El equilibrio entre lo tradicional y lo innovador es la clave para que los cambios sean efectivos. Conservar aquello que funciona y desechar lo que ha dejado de hacerlo buscando nuevas soluciones es la única manera de hacer mejor la noble tarea de los y las docentes. Para que esto se realice de forma correcta son necesarias altas dosis de sentido común, profesionalidad y entusiasmo.
Las personas necesitamos aprender constantemente para sobrevivir. Los seres humanos somos lo que la educación hace de nosotros, por eso no podemos ofrecer ahora el mismo tipo de educación que ofrecíamos ayer, ni lo que hacemos hoy será eficaz para mañana.
El inconformismo que detecto en la mayoría de los profesionales de la educación y el entusiasmo por llevar a cabo una de las profesiones más bellas, necesarias e importantes del mundo son las claves que me permiten ser optimista y confiar en que cada día la educación que ofrecemos sea un poco mejor.
Querer y no poder.
Hace 4 días
Buena intuición. Por desgracia, muchas instituciones traicionan este ideal educativo, y se instalan en modelos que en el pasado funcionaron, pero ya no más, están obsoletos o no responden satisfactoriamente a las nuevas realidades.
ResponderEliminarCada día se exige y requiere una mayor y de mas calidad educacion pues los tiempos cambian ;)
ResponderEliminarLa escuela actual es anacrónica, actualmente los contenidos que se tratan en las escuelas son los mismos que se daban en el siglo XIX, transmitidos por profesores del siglo XX y viviendo en el sglo XXI. La educación debería cambiar con la sociedad, sobre todo en estos momentos de constantes cambios.
ResponderEliminarIgual que con los avances se cambian las formas de trabajar en una industria, en un hospital, en un restaurante..., las escuelas también deberían transformarse a mejor. A pesar de todo esto, seguimos sentados en pupitres, enfrente de un profesor que infunde respeto entre su alumnado, delante de una pizarra y escuchando la lección magistral del profesor. Esta situación ocurrió, ocurre y ocurrirá en el tiempo.
¿Llegará el día en que esto cambie de forma global, a pesar de que ya existan metodologías nuevas en muchas aulas?