Educación: prejuicios y paradojas

martes, 10 de abril de 2012
El mundo de la educación está lleno de prejuicios y paradojas. Nos gustan las afirmaciones absolutas y, en la mayoría de las ocasiones, ni tan siquiera dedicamos un tiempo a reflexionar sobre su veracidad:

- El buen maestro lo es por vocación.
Siempre que se habla de los trabajadores de la enseñanza suele hacerse referencia a su vocación, pero casi nunca a su profesionalidad.
La calidad de un maestro o maestra viene dada por su formación, por su capacidad para adaptarse a las nuevas situaciones, por su capacidad para motivar a sus alumnos, por sus resultados a la hora de enseñar a sus alumnos, por su disponibilidad a trabajar en equipo con sus compañeros de claustro...
La vocación, seguramente, es un elemento importante pero no define al buen profesor. Por tanto, un buen profesor es aquel que está en formación permanente (nunca deja de aprender), que se adapta a las nuevas situaciones y que cumple con su principal cometido: sus alumnos aprenden.

- La perversión del uso de las herramientas educativas.
Suele decirse que los profesores que emplean libros de texto son malos y los que emplean otros recursos (ya sean propios o nuevas tecnologías) son buenos. Las herramientas educativas no son buenas ni malas por sí mismas, es su uso lo que es adecuado o inadecuado.
Un libro de texto bien usado puede ser una herramienta educativa de gran calidad y un ordenador conectado a internet puede ser un caos total, y viceversa. Por otro lado, hay profesores que hacen unos magníficos materiales para sus alumnos y otros que se limitan a fotocopiar libros impresos y/o a copiar lo que encuentran por internet sin ningún tipo de coherencia.
En mi opinión, todas las herramientas educativas tienen un valor añadido. Se trata de usar la herramienta adecuada para cada necesidad.

- Disciplina en el aula.
Un aula donde los alumnos están sentados y en silencio es la situación perfecta para el aprendizaje. Esta afirmación responde a una concepción desfasada de lo que es el proceso de enseñanza/aprendizaje.
Los alumnos pueden moverse por el aula y comentar, dialogar y debatir con sus compañeros, hablar respetando turnos y con el tono de voz adecuado. El trabajo colaborativo es hoy en día un elemento indispensable en la formación de nuestros alumnos.
Las aulas deben ser flexibles, la disposición de las mesas y de los propios alumnos debe estar en función del trabajo a realizar.
Pero claro para que un profesor pueda trabajar así deben darse las condiciones adecuadas; si con los recortes educativos la ratio de estudiantes por aula aumenta de manera considerable muchos maestros volverán a la clase magistral. 

- Los alumnos cada vez son más tontos.
Los niños y las niñas no son menos capaces que los de generaciones precedentes. Pero no podemos intentar enseñar a alumnos del siglo XXI con la metodología del siglo XIX; no debemos ignorar que la realidad de nuestros alumnos es digital, que en el mundo que les rodea la realidad virtual y las imágenes en movimiento e interactivas son una constante. Por ello debemos aplicar una didáctica adecuada a nuestros alumnos, que probablemente no sea la didáctica que nos enseñaron en la facultad.

Estos son algunos de los prejuicios y de las paradojas que, en mi opinión, están presentes en el mundo de la educación. ¿Qué otros se te ocurren?


2 comentarios:

  1. Muy buenas reflexiones, claras y directas. Comparto tus ideas y más de una vez se me han pasado por la cabeza ideas parecidas.

    Prejuicios y paradojas en educación es precisamente uno de los temas que más me interesan para el blog que también estoy iniciando: queduquequeducuando.blogspot.com.es

    La primera pregunta que me planteé incide en una de esas paradojas que tanto se repiten: ¿Por qué al estudiante se le dice ESTUDIA MÁS en lugar de ESTUDIA MEJOR?

    Un saludo y espero seguir leyendo aquí temas como este. Aunque casi nadie comente en los blogs, aquí tienes un lector que prestará interés.

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  2. Muchas gracias Alberto. Me alegra que compartamos intereses y opiniones. Tienes toda la razón, en la escuela solemos valorar más la cantidad que la calidad y ese es un error que se suele hacer mucho daño a nuestros alumnos: demasiados deberes, exámenes sin demasiado sentido...
    Espero leer pronto cosas de tu nuevo blog,
    un saludo

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