Aprender a soñar en la escuela

martes, 30 de octubre de 2012

"Reconstruir la escuela con el material con el que se hacen los sueños"


La escuela "tradicional" (no confundir con la escuela como institución) enseña a sentir vergüenza al equivocarse, evalúa en función de lo que falta, uniformiza a los alumnos coartando su creatividad, su imaginación y, lo que es más importante, su capacidad de soñar. La escuela tradicional conduce al niño a tener miedo al error, a huir de la respuesta distinta, a dejar de lado la originalidad.

Un niño que sueña es un adulto que crea, que innova, que emprende, que tiene iniciativa y espíritu crítico. ¿Será por eso que el sistema educativo está diseñado para eliminar los sueños?

Vamos a pensar, por un momento, que la escuela tradicional es un par de zapatos. Unos zapatos bonitos y cómodos, elaborados a mano por el mejor de los artesanos con la mejor de las pieles. Eso sí, son unos zapatos de la talla 35. A los niños y niñas cuyo pie encaje con ese número, esta escuela les va como anillo al dedo.

Ahora imaginemos qué pasa cuando intentamos calzar ese zapato a niños que tienen el pie más grande o, por el contrario, más pequeño. Algunos de ellos, con molestias, rozaduras y a riesgo de deformarle ligeramente el pie, acabarán por llevar esos zapatos. En cambio, otros muchos niños y niñas jamás podrán lucir ese bonito calzado por mucho que lo intenten e insistamos nosotros en ello.

Es por eso que propongo elaborar ese zapato que representa la escuela con el material con el que se fabrican los sueños. Un material capaz de adaptarse al pie de cada niño y cada niña, capaz de cambiar, capaz no dejar descalzo a ningún niño. Es un material que todos tenemos, pero no todos sabemos usar.

Seguramente es un material que tiene que ver con la aplicación de las metodologías pedagógicas que todos los que trabajamos en este mundo conocemos, pero que parece que son tan difícil de implantar en el trabajo de cada día y que tengan una incidencia real en las políticas educativas. Un material elaborado con la tecnología más actual... que permita compartir, conectar, crear... soñar, porque como oí decir el otro día a Francesco Tonucci: "No es normal que a los niños no les guste la escuela".

8 comentarios:

  1. Hola, un blog con contenido muy diferente al mío, pero por ello ha despertado mi interés y desde este momento lo seguiré!
    Saludos

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  2. Posiblemente, y aunque podría elegir otras muchas, esta es la entrada que más me gusta de tu blog, Salva. La cito nuevamente en:

    http://queduquequeducuando.blogspot.com.es/2013/01/tu-aula-es-inclusiva-logremos-que-todos.html

    Un abrazo

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  3. Excelente reflexión, para pensar y reflexionar nuestras prácticas docentes.

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  4. Tus reflexiones están muy en la línea de las nuevas tendencias de la educación en otros países, y seguramente bastante lejos de lo que es la escuela. Hablo de la escuela física, no de la escuela como educación.

    Mi opinión evoluciona cada vez más hacia la formación más que guiada o restringida por los currículos educaciones, orientada al apoyo o dirección sucinta del educador. Ser un consejero o un desvelador de temas que ayuden a investigar y motivar a los alumnos.

    Es increíble lo que puede hacer alguien con el apoyo y la "sorpresa" ante su capacidad por parte de los demás.

    Que los zapatos vayan acompañados de un "¿como has hecho eso? impresionante". Seguro que ayudamos mucho más.

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  5. Nos ha encantado esta entrada, Salvador. Todos nuestros esfuerzos han de encaminarse a fomentar ese espíritu creativo, soñador, imaginativo que solo los niños tienen y del que tanto debemos aprender también los adultos. ¡Muchas gracias y un abrazo!

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    Respuestas
    1. Muchas gracias a vosotros. Podemos aprender tanto de los niños!!!!

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  6. suitejc.com
    El calzado siempre debe ser cómodo para el desarrollo y la actividad de los chicos, garantizando soporte adecuado y evitando lesiones. Un buen par de zapatos permite que jueguen y crezcan con seguridad y confort.

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