La educación, ¿se sufre o se disfruta?

lunes, 28 de marzo de 2016



Forma y contenido son importantes.
Estas vacaciones de Semana Santa he tenido la fortuna de pasar unos días en Bilbao. Allí disfruté, entre otras muchas cosas, del Museo Guggenheim.

A mi entender, este museo presenta una característica que le diferencia de otros muchos museos: el edificio (el continente) es tan importante o más que las obras de arte que contiene (el contenido). Para las personas a las que les gusta el arte, ver las obras de Andy Warhol, de Jean-Michel Basquiat, de Eduardo Chillida... es un verdadero placer, pero disfrutar del edificio en sí mismo, es un privilegio.

Eso mismo sucede con la educación. Aprender ciencias, matemáticas, literatura... es fundamental para que cada uno encuentre su lugar en el mundo, en la sociedad a la que pertenece; pero lo realmente importante es el privilegio de disfrutar permanentemente del proceso educativo.

La revisión permanente de nuestro conocimiento del mundo, de nuestras habilidades y destrezas para enfrentarnos a los retos que nos plantea la vida, de nuestra capacidad de aprender y adaptarnos... es lo que aporta sentido a la educación.

Por ese motivo, frente a aquellos que entienden que la educación requiere de un esfuerzo y sufrimiento, que relacionan con el espíritu de sacrificio y la disciplina (mal entendida desde una perspectiva pseudomilitar); yo creo que la educación necesita de perseverancia y constancia relacionadas con el goce de disfrutar del proceso de aprendizaje. ¡Por supuesto que cualquier aprendizaje requiere de un esfuerzo!, pero si este esfuerzo va acompañado de un componente emocional es mucho más eficaz.

No se trata de "anteponer el sentido lúdico al esfuerzo que conlleva cualquier aprendizaje" como cuestiona Alberto Royo (con quien no comparto la mayoría de sus ideas sobre la educación), se trata de que ese aprendizaje tenga sentido, sea significativo, tenga un enfoque práctico y competencial.

Dice Alberto Royo que "a la escuela se va a aprender no a buscar la felicidad", pero ¿acaso el aprendizaje que sirve para tener un espíritu crítico, que sirve para dar respuestas creativas, que sirve para convivir mejor y en armonía... no conduce a la felicidad? ¿Acaso aprendizaje y felicidad son incompatibles?

Creo que ya es hora, que ya no podemos esperar más, que ya vale de hablar de la educación del futuro. Esa nueva educación la necesitamos ahora, la necesitamos para formar a las generaciones actuales que son las que deben ayudar a adaptarnos al mundo de incertidumbre en el que vivimos.

Si seguimos educando y evaluando en nuestras escuelas desde una perspectiva memorística, donde lo importante es retener datos y conceptos para recitarlos y demostrar nuestra sabiduría "de Trivial"; si seguimos ofreciendo a nuestros jóvenes una educación "depredadora" y no una educación "productora"... los estamos condenando a una vida sin sentido.

8 comentarios:

  1. Yo no sé ya qué es lo fundamental. De todo un poco, tal vez. De densidad y de juego, de esfuerzo y felicidad. Ciertamente lo que se aprende y se asimila con tristeza no llega muy adentro (en la vida sí, en lo académico no). Puedo entender a Alberto Royo, porque yo he pensado lo mismo hace unos años, pero mi cosecha, francamente, no fue muy exitosa. No puedo aducir grandes avances con ese planteamiento, pero puede ser que fuera por que yo fallase como profesor. En base a ese fracaso, he iniciado caminos nuevos cuyo resultado no veré. Tal vez sean a largo plazo. De momento anhelo que las clases sean gozosas y estimulantes de la sensibilidad y la inteligencia. No sé si lo logro. Ya digo que me acompañan muchas dudas. Saludos.

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  2. Cuanta razón en tus palabras!! La educación hoy en dia, se basa únicamente en dar unos conocimientos a los niños sin tener en cuenta nada más, sus capacidades, inquietudes, limitaciones...además de buscar una competitividad que en ellos no existe. Saludos!!

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  3. Hola, Salvador, estás cargado de razón: educación y sufrimiento no se llevan muy bien. Pero me gustaría saber qué piensas de la otra parte, la de los profesores. Mira lo que un padre ha contado en nuestra web, a ver qué te parece:http://thamercreativeschool.com/profesores-mas-felices/

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  4. Totalmente de acuerdo Salvador, una educación acompañada de diversión es posible, gracias de la perseverancia y un gran esfuerzo por parte de los docentes, unos alumnos motivados y unos padres involucrados.

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  5. Estoy de acuerdo con la forma que debería de ser hoy en día para educar, el aprendizaje significativo, y esto es para mi que lo que aprendan les sirva significativamente para la vida. Pero dime por favor que hacer con alumnos que no leen, que les preguntas que entendieron por ejemplo sobre adolescencia, sobre sus cambios. y se quedan como catatónicos, sin responder nada. y si vez el libro en donde tienen que contestar preguntas de reflexión sobre sus cambios corporales, cambios de pensamiento, etc. los espacios están en blanco. dime ¿tu sabes que hacer antes esto? saludos. Adelna

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  6. - Ante el título que tenía esta entrada, me he tenido que detener, puesto que yo siempre he tenido un sabor agridulce en cuanto a la educación. Se supone que pasamos media parte de nuestra vida formándonos para poder tener un futuro mejor, pero… a mi parecer, en ese tiempo ni aprendemos lo suficiente, ni lo disfrutamos. Antes de venirme a estudiar, muchas personas decían que la vida de estudiante era la mejor, vale, yo discrepo en ello, yo no estoy disfrutando nada de esta etapa, yo lo que estoy es pasándolo mal, de manera que me encuentro en tercero de carrera y solamente he tenido un mes para llevar a la práctica mis “conocimientos” aprendidos en estos tres años.

    Siempre voy a sostener, que una persona que a la vez de estudiarse un tema, lo está llevando a la práctica, le va a suponer mucho menos esfuerzo, debido a que “sin querer” lo está memorizando y esto es lo que se debería de llevar a cabo en las aulas. Basta ya de tanto examen que solo nos hace perder la vida en ellos, que vomitamos y olvidamos al segundo de realizarlo, la mejor manera de aprender es haciendo, practicando.

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  7. Considero que aprender es algo innato en el ser humano, desde el primer suspiro de vida hasta el último. La cuestión está en como lo hacemos: por nosotros mismos; instruidos/guiados por otros; ambos por separados y ambos estrechamente enlazados. Este proceso, ya sea por una u otra via, debería ser lo más agaradable posible, pero creo que no siempre es así. A veces, el esfuerzo que hacemos para conseguir la meta que nos proponemos nos hace "sufrir", y aunque el sufrimiento no es una sensación placentera, creo es necesaria experimentarla para poder valorar la sensación contraria.
    Esto también pasa en el proceso educativo que llevamos a cabo en nuestras aulas, y además, tengo claro que se experimenta desde ambos lados: docente - alumno. Experimentar de forma amplia todo lo que podamos, ya sean aspectos no tan positivos, como por ejemplo: el esfuerzo que supone el querer conseguir algo y no hacerlo en los primeros intentos, y seguir y seguir.... hasta poder llegar a la meta supone en cierta medida un sufrimiento, pero al mismo tiempo una superación, porque seguimos en el intento hasta que llega la meta.
    Considero que ambos se complementa y son necesarios; claro está, en las medidas justas

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  8. Miriam Cancán Cañamar26 de abril de 2016, 22:44

    Tus reflexiones me gustan mucho, en especial esta entrada. Hoy en día nosotros los estudiantes pasamos malos momentos. Nos llenan de trabajos, exámenes, proyectos, que a veces tengo la sensación de que son de “relleno” pues ya no saben que más ponernos. No disfrutamos de nuestra etapa de estudiantes, más bien nos quejamos. Y sí, el estudio con sufrimiento no da beneficio alguno, no llegamos a aprender de forma significativa más bien estudiamos para aprobar y ahí se queda nuestro aprendizaje. En mi opinión la educación y el aprendizaje en sí deberían darnos felicidad, pues con esa educación llegaremos a ser personas formadas capaces de defenderse ante los desafíos que se nos presenten.

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