Es habitual escuchar decir a un alumno: “Si yo esto me lo sé, profe... lo que pasa es que no sé cómo explicarlo”.
Aunque es cierto que algunos alumnos, para justificar sus limitaciones, se escudan en su falta de recursos para expresar oralmente sus ideas y conocimientos, no es menos cierto que a otros muchos realmente les faltan recursos para expresar de palabra algunos conocimientos que sí tienen de alguna manera interiorizados.
Actualmente, en nuestras escuelas hay un gran interés por la compresión lectora y la expresión escrita, pero no sucede lo mismo con la expresión y la comprensión oral. Muchos profesores, incluidos los de lengua, relegan la expresión oral a una competencia poco relevante; aunque sabemos que es un elemento muy importante para la integración de las otras destrezas de comunicación y aprendizaje.
Hablar tiene una incidencia directa en la mejora de la comprensión lectora y la composición escrita. Pero igualmente importante, o incluso más, es escuchar. Saber escuchar es una de las capacidades más importantes para la adquisición de conocimiento, pero también para tener unas relaciones sociales afectivas, efectivas y satisfactorias. La escucha activa y asertiva es un elemento poco valorado y aún menos trabajado en nuestras aulas. Apesar de que la mayoría de las interacciones que suceden en un aula son orales. La comunicación entre iguales o entre docente y alumno es mayoritariamente oral.
El diálogo (que no el monólogo) es la forma más elemental y básica de los procesos de enseñanza/aprendizaje, pero también es el elemento fundamental que regula las relaciones sociales. En este sentido, por ejemplo, el tono de voz que emplea un docente a la hora de dirigirse a sus alumnos marca el tipo de relación y el tipo de intercambios que se pueden establecer entre ellos. Y lo mismo puede decirse de la manera de escuchar.
Nuestra forma de expresarnos cuando hablamos, cuando nos evalúan en la escuela, en una entrevista de trabajo o en una reunión de negocios... es nuestra carta de presentación más inmediata. Hablar bien con ideas correctamente expuestas y argumentadas, utilizando un vocabulario adecuado y preciso es garantía de éxito personal, escolar, social y laboral.
A continuación, a modo de recordatorio, enumeraré las formas de expresión oral que deben trabajarse en los distintos niveles educativos:
Emisor múltiple
- La conversación: es el modo más sencillo y espontáneo. El gran secreto de la conversación reside en saber escuchar al interlocutor y respetarlo.
- El diálogo: es la alternancia en el uso de la palabra entre diferentes personas. Puede ser espontáneo o preparado.
El diálogo preparado tiene distintas modalidades:
- La entrevista: Diálogo entre dos personas, preparado de antemano por una de ellas (entrevistador), en forma de preguntas dirigidas a otra (entrevistado).
-La encuesta: Parecido a la entrevista, pero dirigido a conocer la opinión de una persona o un grupo de personas sobre algún tema.
- El debate: consiste en contraponer opiniones distintas sobre alguna cuestión con la pretensión de alcanzar conclusiones. Es fundamental el papel del moderador.
Una variedad parecida al debate es el coloquio, donde los interlocutores aportan sus ideas sin ánimo de discusión. Cuando un coloquio se realiza con periodicidad se conoce con el nombre de tertulia.
Un solo emisor
-La conferencia: Consiste en la exposición, con finalidad informativa, de un tema ante un auditorio.
Su finalidad es informativa y de divulgación.
Cuando esto tiene un tono más informal y el auditorio es más reducido se denomina charla.
- El discurso: su objetivo es convercer o persuadir al auditorio.
En conclusión, la expresión oral es una de las formas más elementales que tenemos para comunicarnos, y es lo primero que aprendemos de forma natural y en el entorno familiar por imitación. Esto es el fundamento de los aprendizajes básicos que realizamos en los primeros años de vida, es la forma básica de relación social y es una actividad esencial de la conducta comunicativa.
Con el paso de los años, hablar y escuchar son dos de las destrezas más importantes para el éxito escolar, personal y social... por eso no podemos seguir ignorándolas en nuestras escuelas.
Querer y no poder.
Hace 4 días
Estoy probando en el aula con mis alumnos de 6º una forma de expresión oral que puede ser atractiva para el alumnado y los resultados son positivos. Se trata del vídeo expositivo. Ellos se graban, bien con voz en off, o los graban sus padres. Para el área de Lengua es lo que estamos trabajando, pero puede llevarse a cabo para el resto. En este sentido, este fin de semana preparan un vídeo sobre el cartel propagandístico y otro sobre recursos literarios en la música. Después en clase ponemos los vídeos y comentamos tanto su contenido como la expresión oral.
ResponderEliminarGracias por la entrada Salvador, al leerla me venía como anillo al dedo. Un saludo.
Siempre va bien que se nos recuerde las diferentes formas de expresión oral. Creo que lo más importante de la entrada es la reflexión sobre la importancia del saber escuchar, difícil misión para la escuela, cuando en la sociedad hoy simplemente escuchar no vende.
ResponderEliminarQuizás la cantidad de horas delante de la tele ha atrofiado esa capacidad de hablar, ya que con ella no se interactua. Como contrapunto beneficioso vienen ahora las redes sociales donde se está escribiendo continuamente las ideas. Un saludo
ResponderEliminar